Aunque la inflación viene rondando pareja el 4% en los últimos meses, para varios analistas la clase media está “sintiendo” que últimamente la suba de precios es superior al dato que informa el INDEC porque está habiendo un mayor incremento en los servicios que en los bienes.
En agosto la inflación fue del 4,2%, dato que se divide en un 3,2% para los bienes y 6,5% para los servicios. Entre enero y agosto este desfasaje entre ambos indicadores se mantuvo, con un aumento del 80% en los bienes y del 143% en los servicios.
Así, varios analistas sostienen que por esta brecha de precios mayor en los servicios la clase media está sintiendo más el impacto inflacionario, ya que este rubro tienen gran impacto en los bolsillos, especialmente en las grandes ciudades. Los rubros incluidos en los servicios abarcan, entre otros, a las prepagas, luz, gas, agua, alquileres, seguros, educación, comunicaciones, transporte, etc. Entre algunos de estos segmentos, este año las prepagas registraron un alza del 353%, telefonía e internet del 164%, educación 132%, y electricidad, gas y otros combustibles del 353%.
La consultora ACM explicó que «en los últimos tres meses se observaron dos ritmos diferenciados de inflación: por un lado los bienes, que promediaron 3,2%, y por otro lado los servicios, que subieron 7,2% promedio”. Como se ve, agregó, “los precios regulados fueron los principales impulsores de las subas recientes, sobre todo en vivienda (agua, gas, luz), comunicación, educación y transporte”.
Fuerte impacto de los servicios
En este escenario, ACM sostiene que por el retraso acumulado en los precios de los servicios en los últimos años seguramente la inflación continuará al alza en los próximos meses y difícilmente bajará del 4% que viene registrando desde mayo. A esto se suma, sostienen varios analistas, que la brecha entre los precios de los bienes y los servicios podría ensancharse porque están previstos nuevos aumentos en los servicios públicos hasta el año próximo.
Pese ap que la inflación del 4,2% de agosto estuvo 0,2% encima de la de julio, los analistas encuestados en el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central bajaron de 127% a 123% la proyección de inflación para todo el año.
Algunos analistas privados sostienen que el freno de la emisión monetaria y el tipo de cambio oficial moviéndose al 2% mensual (crawling peg) terminará haciendo bajar la inflación, más allá de que la inercia inflacionaria esté retrasando el proceso.
Según dicen, el proceso desinflacionario también dependerá de otros factores, como la capacidad de acumular dólares y fortalecer las reservas con medidas como el RIGI y el blanqueo. Y aclaran que por ahora el freno al consumo está colaborando con limitar las subas de precios, pero el desafío será cuando la economía empiece a recuperarse.
Otros economistas aclaran que aunque la inflación mensual parece “haber alcanzado un umbral de rigidez en torno al 4%, los procesos de desinflación suelen ser no lineales”, lo que incluye varios rebotes de precios.